ELEMENTAL
¿Por qué la gente no deja de ser atractiva
y de pensar que es atractiva, y de querer ser atractiva,
y comienza en cambio a ser más elemental?
Puesto que el hombre está hecho de los elementos
fuego, y lluvia, y aire, y tierra viva
y ninguno de éstos es atractivo
sino elemental,
está desequilibrado al lado de los ángeles.
Quisiera que los hombres recobraran su equilibrio
entre los elementos
y fueran un poco más ardientes, tan incapaces de mentir
como el fuego.
Quisiera que fueran fieles a su propio
movimiento, como el agua,
que pasa todas las etapas de vapor, y río, y hielo
sin perder su naturaleza.
Estoy enfermo de las gentes atractivas;
de algún modo, son falsas.
D.H.Lawrence
viernes, enero 16, 2009
viernes, enero 02, 2009
EN EL MUNDO DEL AÑO NUEVO
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien siembra el polvo para verlo florecer,
pulimenta el ladrillo para hacer una aguja, limpia el sol
para convertirlo en un espejo, escarba en las tinieblas
buscando un traje nuevo para el corazón.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien encarga, también hoy, a las aves que transmitan
las palabras del cielo
y encarga, además, a las hierbas que expresen
las palabras de la tierra.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien dice, también hoy, que la luna es la luna,
que el ciervo es el ciervo;
busca las estrellas escondidas fuera del cielo, las islas
acurrucadas dentro de la sangre
y cuenta adecuadamente los seres vivos que aparecen
y los que desaparecen.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien observa, también hoy,
cómo cambiamos nuestros rostros cada día,
poniéndonos, a veces, cuatro ojos o seis orejas o diez lenguas.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien vigila, también hoy, las esquinas
de los países del infierno, de los demonios, de los diablos y las bestias
e ilumina con total claridad el camino por donde vamos
corriendo hacia esas regiones.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien espera, también hoy,
que los hombres vivan como hombres de bien en el Año Nuevo
y ruega en voz alta que lo acojan como un año nuevo.
Park Je-Chun. LA CANCIÓN DEL DRAGÓN Y OTROS POEMAS.
(Copiado del blog de David González )
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien siembra el polvo para verlo florecer,
pulimenta el ladrillo para hacer una aguja, limpia el sol
para convertirlo en un espejo, escarba en las tinieblas
buscando un traje nuevo para el corazón.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien encarga, también hoy, a las aves que transmitan
las palabras del cielo
y encarga, además, a las hierbas que expresen
las palabras de la tierra.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien dice, también hoy, que la luna es la luna,
que el ciervo es el ciervo;
busca las estrellas escondidas fuera del cielo, las islas
acurrucadas dentro de la sangre
y cuenta adecuadamente los seres vivos que aparecen
y los que desaparecen.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien observa, también hoy,
cómo cambiamos nuestros rostros cada día,
poniéndonos, a veces, cuatro ojos o seis orejas o diez lenguas.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien vigila, también hoy, las esquinas
de los países del infierno, de los demonios, de los diablos y las bestias
e ilumina con total claridad el camino por donde vamos
corriendo hacia esas regiones.
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien espera, también hoy,
que los hombres vivan como hombres de bien en el Año Nuevo
y ruega en voz alta que lo acojan como un año nuevo.
Park Je-Chun. LA CANCIÓN DEL DRAGÓN Y OTROS POEMAS.
(Copiado del blog de David González )
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